La famosa brindó un conmovedor discurso.
En la pasada entrega de los premios “Globos de “Oro”, la reconocida actriz Angela Bassett reconoció y le dio la gloria a Dios luego de haber ganado uno de los máximos galardones por su actuación como la reina Ramonda en “Pantera Negra: Wakanda por Siempre”.
Bassett, quien es reconocida por sus múltiples trabajos y carrera en Hollywood expresó en el discurso de aceptación al premio “Mejor Actriz de Reparto” por Wakanda Forever, que por la gracia de Dios estaba en ese lugar y por eso se encuentra realmente agradecida.
“Tu vida ya es un milagro de la casualidad esperando que ordenar su destino”, dijo al comienzo citando a la escritora Toni Morrison.
“Pero para que ese destino se manifieste, creo que se requiere valor para tener fe, se requiere paciencia, como acabamos de escuchar, y se requiere un verdadero sentido de uno mismo”, continuó.
«No es fácil porque el pasado es tortuoso y tiene muchos desvíos inesperados, pero por la gracia de Dios estoy aquí. Estoy aquí agradecido, agradecido con Hollywood Foreign Press por darme este honor, junto con ‘Wakanda Forever’». ‘ … Mi madre siempre decía, ‘las cosas buenas les llegan a los que oran’. Veo la verdad de eso todos los días cuando le damos la bienvenida a cada nuevo día como familia», agregó.
A menudo, la actriz se ha sincerado con su fe y como ésta ha impactado su carrera , según lo que ella dijo para The Christian Post en una ocasión, Bassett confía plenamente en lo que dice la palabra de Dios cuando ella tiene que enfrentar desafíos por su trabajo.
“Todas las cosas les ayudan a bien a los que tienen al Señor y son llamados conforme a su propósito. Así que tengo cimientos y Él es mi roca a la que sigo volviendo”, dijo ella citado Romanos 8:28.
Muy creyente y muy emocionada
Asimismo, tomó parte de su discurso para agradecer a su familia en Marvel, productores, elenco y demás que trabajaron con ella en las películas, incluso citando la Biblia expresó que todos fueron sanados del dolor que les produjo la muerte del recordado actor cristiano Chadwick Boseman.
«A mi familia Marvel Disney, Ryan Coogler, Victoria Alonzo y Nate Moore, el elenco y el equipo, el llanto puede llegar por la noche, pero la alegría llega por la mañana. Nos embarcamos en este viaje juntos con amor, lloramos, amamos, sanamos y estábamos rodeados todos los días por la luz y el espíritu de Chadwick Boseman», expresó citando Salmos 30:5.
Bassett en su carrera también ha sido premiada por interpretar a la cantante Tina Turner en la comedia musical “What’s Love Got to Dot With It” en 1994.
Esta es la primera vez que un actor o actriz gana un Globo de Oro por una película de la franquicia de Disney, Marvel Studios.
Disney y Marvel estrenaron la esperada secuela de la exitosa película de 2018, que incluye un homenaje en pantalla al fallecido actor Chadwick Boseman.
La critica de Diego Conesa Fue:
La segunda película de Marvel Studios sobre el superhéroe de la nación africana de Wakanda, otra vez bajo la dirección de Ryan Coogler, afianza y expande su universo a puro drama y acción cargada de épica, plasmando a su vez ideas y mensajes más profundos sobre el poder, la ambición y la hipocresía de las grandes potencias, el colonialismo y la violencia histórica hacia las minorías y los oprimidos del mundo.
El Rey ha muerto, the King is dead. La historia de la humanidad, tantas veces reflejada en la ficción, nos demuestra que la muerte de un líder poderoso siempre genera tensiones, reacomodamientos, y disputas dentro del reino, y fuera del mismo. La muerte prematura en agosto de 2020 del actor Chadwick Boseman, quien encarnaba a T’Challa, Rey de Wakanda, en Pantera Negra (2018), impacta directamente en el argumento de su secuela.
Pantera Negra: Wakanda por siempre comienza con la muerte y los coloridos rituales funerarios del rey africano que era a su vez el legendario superhéroe Pantera Negra. La ficción y la realidad por un momento se unen aquí de manera emotiva y respetuosa, vemos en estas escenas la despedida del personaje que es a su vez el adiós al actor. Esta es toda una definición, una decisión fuerte y poco habitual, cuando además estamos hablando de un legendario personaje del comic creado por Stan Lee y Jack Kirby hace más de 50 años.
Pantera Negra fue el primer superhéroe afrodescendiente de la historia de Marvel, creado en una época de fuertes tensiones raciales en Estados Unidos, que planteaba una realidad subversiva: su reino de Wakanda era una nación desconocida pero sumamente desarrollada, rica y poderosa, incluso tecnológicamente más avanzada que los países del mundo conocido. Esto se debía a la enorme reserva de un mineral único e indestructible llamado “vibranio” y a la decisión de mantenerse oculta y así protegida de las ambiciones colonialistas y dominantes de los países más poderosos. Es importante repasar algo del origen del personaje Pantera Negra y de su reino porque estas ideas están muy presentes en la escencia de esta secuela.
Ramonda (Angela Bassett) es la madre del difunto T’Challa, y es ahora la nueva reina de Wakanda que debe lidiar con las presiones -y los ataques- de los países “desarrollados” para que esta nación pacífica y avanzada, comparta sus conocimientos, su tecnología y sus riquezas ocultas para “el bien común” del resto de los países. Básicamente quieren el vibranio, digamos. Los paralelos con la realidad actual son bien claros, así funciona el mundo hoy y lo ha hecho siempre.
En medio del duelo y las tensiones internacionales, en una escena notable por su tensión, suspenso y acción la película pega un giro sorprendente con la aparición de un personaje y una civilización que provienen del fondo del mar. No, no es Aquaman, sino Namor, creado muchos años antes, allá por 1939, uno de los primeros de Marvel Comic, que renace en esta historia con la notable interpretación del mexicano Tenoch Huerta.
A la nación más poderosa y avanzada del planeta le aparece súbitamente otra similar en su desarrollo, en su poder de guerra, en su historia cargada de injusticias y tragedias. Una oculta en la selva africana y otra descendiente de los Aztecas, llamada Talokán, oculta en el fondo del mar. Ambas naciones pudieron desarrollarse, crecer con riqueza, y vivir en paz por la decisión de preservarse ocultas del resto del mundo que no hubiera tardado ni cinco minutos en invadir y saquear para hacerse del preciado vibranio. Esta es una idea fuerte y avalada por la historia que conocemos de África y América Latina. Pero ese tiempo de paz puede estar llegando a su fin, y desde allí se construye la trama de Pantera Negra: Wakanda por siempre.
Desde la música, las vestimentas, los personajes, sus dialectos, sus tradiciones y rituales, hay una vocación por honrar estas culturas y su historia, lo que son, o lo que podrían haber sido en este universo de ficción fantástica. La narración nos hace viajar en el tiempo y en el espacio para comprender y componer este retrato, desde la conquista de América hasta el presente, desde México a Haití.
En esta nueva etapa de Wakanda tras la muerte de TChalla, y a tono con los tiempos, son las mujeres las que asumen el protagonismo de manera absoluta en la historia. Una galería de personajes que estaban en la primer película cobran mayor protagonismo y aparecen nuevos personajes que a veces enriquecen el relato y otras no tanto, rozando el inverosímil, incluso dentro de este universo fantástico.
Pantera Negra: Wakanda por siempre podría encuadrarse en los relatos sobre las disputas de poder en los reinos, las intrigas, los traidores, el enorme peso de la responsabilidad y la ambición. Su película predecesora fue por allí, pero esta va más lejos. Es un poderoso entretenimiento donde no faltan las épicas batallas, las frenéticas persecuciones en auto, las peleas cuerpo a cuerpo, la carga de drama y tragedia. Pero sus críticas a las grandes potencias, a su ambición por dominar y conquistar, su reivindicación de naciones oprimidas, la transforma además en una película con ideas de paz y justicia que la enriquecen aún más.