El espectáculo de luto, falleció Enrique Liporace

Asi lo confirmó la Asociación Argentina de Actores, hace unas horas.

 

Tenía 82 años, y seguia trabajando despacio, participó en más de 100 títulos de televisión y cine, como «Tiempo de revancha» y «Bolivia». La ultima actuación en Mar del Plata fue en el Teatro Santa Fe, en la Obra la Divina Familia. Ver video del saludo final en la obra.

«Con gran tristeza despedimos a nuestro afiliado, el actor Enrique Liporace, quien llevó adelante una extensa y reconocida trayectoria en teatro, cine y televisión», informó la Asociación Argentina de Actores, este sábado 27 de enero.

Y completó: «Nuestras sentidas condolencias a sus seres queridos, acompañándolos en este momento».

Liporace, que también hizo una importante carrera en teatro, tiene entre sus actuaciones más destacadas roles en «Tiempo de revancha» y «Últimos días de la víctima», ambas películas dirigidas por Adolfo Aristarain.

Entre fines de los años 90 e inicios de los 2000, actuó en películas del llamado Nuevo Cine Argentino, como Bolivia y Un oso rojo, de Israel Caetano. Su última aparición en la pantalla grande había sido en 2018, en el filme Ruleta Rusa, de acuerdo a la base de datos IMDB.

En 1996, además, participó de la película Eva Perón, la versión en la que Esther Goris encarnó a la esposa de Juan Domingo Perón. A él le tocó hacer de Raúl Apold, muy cercano al líder justicialista y subsecretario de Prensa en su segundo mandato.

Se destacó por su versatilidad. «Encarné a un travesti en Sin querer queriendo, de Hebert Posse Amorim, donde directamente hacía de mujer. En realidad, siempre he hecho todo tipo de papeles», le contó a Clarín hace 20 años. Ya entonces brillaba un nutrido y variopinto historial, con apariciones en los créditos de 121 películas, miniseries y novelas.

Por su Enrique Galmes, de Bolivia, fue reconocido con el Premio Cóndor a Mejor actor de reparto, en 2001.

Además de Aristarain (con quien también trabajó en Martín (Hache)), contaba entre sus directores favoritos a Hugo Del Carril, Lucas Demare y Leopoldo Torre Nilsson. Fue con Torre Nilsson que comenzó su carrera en cine, en 1963, con La terraza.

En los últimos años, sin embargo, tuvo papeles de relevancia en televisión. Uno de los más recordados fue en Resistiré. En esa novela, furor en 2003, tuvo un personaje (Aníbal Gamboa) que terminó compitiendo codo a codo con Pablo Echarri y Fabián Vena, protagonistas junto a Celeste Cid.

Trabajó en Poliladrón (1996), la novela protagonizada por Adrián Suar y Laura Novoa, con la que se estrenó Polka. En 2004 tuvo un papel en Los Roldán, en los dos años posteriores se lo vio en cuatro envíos de Mujeres asesinas.

Le siguieron apariciones en Montecristo, La dueña (2012), Historia de un clan (2015) y Educando a Nina (2016), antes de terminar con El Marginal (2016).

En 2002 había participado de uno de los títulos más extravagantes de la televisión: Contrafuego, la miniserie que protagonizó Baby Etchecopar. Así era Liporace, del peronismo al costumbrismo y del Nuevo Cine Argentino a la TV bizarra.

Enrique Liporace decia: «Siempre elegí los papeles que considero son testigos de mi tiempo. Soy partidario de reflejar lo que vivo, ése es mi gusto. Cuando puedo gestar algo y elegir, es así, trabajo con situaciones actuales».

Grandes escenas realizó con Soledad Silveira. Un gran dolor para el espectáculo y para todo el público en general, fue un actor muy querido. Un actor muy exitoso, y muy linda persona.

En las últimas dos décadas también le puso su firma a algunas obras como director. En cine, estuvo detrás de las cámaras en La cola (2011). Allí, además, compartió elenco con Alejandro Awada, Antonio Gasalla y Ana María Picchio. Es una ficción que describe el mundo de los gestores y de aquellas personas a las que les pagan para hacer las filas interminables de los tan engorrosos y burocráticos trámites de la más diversa índole. «Ser colero es una profesión que no existe en ningún lugar del mundo. Por ejemplo, mostramos lo que sucede, cada 7 de agosto, en la cola de San Cayetano», describió en La Nación. Siempre tenia palabras para los medios, muy lindas y con un mensaje.

En teatro, en tanto, montó las obras Pizza Man y Dos Mujeres Atormentadas…cuando el delivery se pone caliente (2001) y El hombre ideal (2002).

En Más respeto, que soy tu madre (2009-2013) volvió a actuar con Antonio Gasalla, que adaptó la obra que el escritor Hernán Casciari publicó en uno de sus blogs.

«Yo lo pasé bien, aunque Antonio es un tipo muy especial pero, como me sucedió en toda mi carrera, no tuve ningún enfrentamiento con nadie. Siempre fui de meterme en lo mío, encerrarme en mi camarín y luego subir al escenario, nunca me metí en los temas de pasillos. Soy un trabajador del teatro y estoy muy feliz con mi profesión», así hablaba Liporace.

y decia «Lo único que hago es trabajar».

 

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