Vivimos en un mundo que corre, exige y agota. El estrés parece haberse instalado como parte “normal” de la vida diaria. Pero lo cierto es que sí se puede vivir sin estrés, y eso comienza por una decisión interior: elegir cómo queremos vivir.
¿Sabías que el estrés sostenido en el tiempo puede afectar seriamente tu salud? Puede provocar insomnio, ansiedad, dolores físicos, problemas digestivos e incluso enfermedades más graves. El estrés enferma el cuerpo y debilita el alma.
Pero también es una señal. Es una forma en la que tu ser te está pidiendo atención, cambio, sanación.
Desde la terapia espiritual y el acompañamiento energético, aprendemos que el estrés puede disolverse cuando nos reconectamos con la calma del alma, cuando elegimos mirar con compasión y vivir desde el presente.
La sanación, la imposición de manos y el trabajo espiritual profundo no solo alivian el cuerpo, también transforman el alma. Liberamos cargas, soltamos el control, y dejamos que la paz se instale en nuestra vida como una nueva forma de ser.
Vivir sin estrés no es negar la realidad, es vivirla desde otro lugar. Desde la confianza, la fe, la calma interior. Es posible. Está al alcance de todos. Pero depende de vos.
Leonor Guerrini