Cuando llueve, muchos niños corren a pisar los “bichitos” que salen del pasto… Y muchos adultos también. Pero lo que casi nadie sabe es que esos “bichitos” tienen nombre: cuclines. Y lo que hacen por la tierra… es algo que ni el ser humano ha podido imitar.
Limpian la tierra. Se alimentan de hojas secas, restos orgánicos y desechos que caen al suelo. Así mantienen el terreno sano, fértil… y lleno de vida.
Polinizan flores. Mientras caminan entre las plantas, transportan polen, ayudando a que muchas especies —incluso las que comemos— puedan reproducirse.
Controlan plagas. Algunas variedades de cuclines se alimentan de insectos que dañan cultivos y jardines. Sin que lo veamos, están trabajando por nosotros… todos los días.
Pero cada vez que alguien los pisa, o usa veneno sin pensar, se rompe ese equilibrio. Y la tierra —nuestra tierra— lo resiente.
Si tienes jardín, siembra flores que les gusten a los polinizadores. Enséñales a tus hijos y nietos que no todo lo pequeño es “inservible” o “feo”. Cuidar a los cuclines es una forma sencilla y poderosa de enseñar respeto por la vida. Porque cuando respetamos a los más pequeños… también aprendemos a cuidarnos entre nosotros.
Muy importante para las personas que tienen jardín, plantas o hijos pequeños.
Tal vez no sabías esto… y hoy puede cambiar la forma en que ves a esos “bichitos” que salen con la lluvia.
Texto de Redes, muy interesante tener en cuenta
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