Definición de Dron
El origen etimológico del término dron se encuentra en el inglés, su significado original que ya se usaba hace mil años, es “zángano” y es válido decir dron o drones. No son tripulados y se operan a distancia. Si está equipado con una cámara fotográfica o de video puede ser aprovechado en numerosos contextos. Los drones se están haciendo casi imprescindibles con la convergencia de tecnologías para el reconocimiento de rostros, patentes de vehículos y monitoreo de conversaciones telefónicas, teledetección de vigilancia y alarma temprana de incendios de bosques, control de cultivos, inundaciones, ganadería y extravío de personas en bosques o montañas. En la actualidad se usan para fines militares y hay empresas que los emplean para entregar alimentos, paquetes y otros productos a domicilio.
En la frontera El patrullaje convencional en frontera podría ser reducido, pues los drones pueden indicar justo el lugar geográfico donde están pasando contrabandistas, las patrullas terrestres ya no saldrán al azar, sino irán directamente sobre los delincuentes. Eso es mucho ahorro en tiempo, equipos y combustible y en la vigilancia marítima la economía es colosal.
Como mulas de contrabando de drogas. Los drones civiles son cada vez más baratos, fáciles de operar y potentes, por ello un número creciente de delincuentes están usando esta tecnología para contrabandear. A principios de octubre, agentes de la patrulla fronteriza de EE. UU interceptaron un envío de metanfetamina que había sido enviado a través de drones en el lado estadounidense de la frontera en el condado de San Diego – California.
Un contrabandista atrapado confesó a los investigadores que había contrabandeado drogas mediante drones desde México a los EE. UU cinco o seis veces desde marzo, recibiendo 1.000 dólares en cada entrega. Había usado un DJI Matrice 600, que mide 60 cm de altura, y es capaz de transportar una carga de 15,1 kg. Dicho aparato tiene un costo de 5.000 dólares y es usado para toma aérea.
También operan de noche. Los cárteles operan en condiciones nocturnas utilizando cámaras térmicas de infrarrojo de visión para navegación/ vuelo visual, que asegura la caída de un paquete con narcóticos en un área ya establecida. Los aparatos aéreos no tripulados “quadcópteros” (4 hélices), varían con dimensiones de más de dos metros de ancho y mini drones de 50 centímetros. Algunos de ellos cuentan con tecnologías silenciosas y cámaras remotas de visibilidad aptas para cambiar de dirección cuando advierten la presencia de detectores de drones. Muchos de los aparatos utilizados para contrabandear drogas, también armas son indetectables para los satélites porque poseen volúmenes y formatos similares a las aves. Estos drones se utilizan para enviar teléfonos y drogas a una cárcel. La metodología muy simple: se estaciona una camioneta fuera de la prisión, el dron supera la pared y alguien desde una celda abre la ventana y listo. El proceso dura tan sólo 60 segundos. “Es fácil y muy lucrativo”. Explicó un exrecluso en Londres. Drones más grandes, pueden adaptarse para portar paquetes de contrabando. La adquisición de este tipo de artefactos no sólo se hace a través del comercio lícito a través de internet, sino también de contrabando desde países asiáticos.
Drones para el crimen organizado. Es sabido que los drones comerciales, son usados por organizaciones criminales para actos terroristas y desde un lugar seguro son dirigidos por radio frecuencia al objetivo. En los últimos años, el crimen organizado en América Latina ha adoptado una nueva táctica: el uso de drones o Vehículos Aéreos No Tripulados (UAV) como armas para ejercer un nuevo nivel de poder atacar a autoridades, bandas rivales y ciudadanos que no cumplan con sus demandas criminales. Los drones aéreos se han convertido en características estándar de los arsenales de terroristas, insurgentes y guerrilleros. Esta amenaza representa un desafío para las fuerzas del orden. Elementos de inteligencia, saben que los cárteles utilizan drones para observar, explorar y recopilar información para respaldar sus operaciones.
Los drones baratos y caseros pueden proveer información de inteligencia con un bajo costo/riesgo para sus usuarios. Asimismo, sus capacidades de reconocimiento son comúnmente utilizados para la identificación de objetivos y el direccionamiento de planes de sus ataques. La tecnología de punta actual, permite interceptar las comunicaciones hechas por telefonía celular, por lo que mientras dure una patrulla de GNA los teléfonos celulares se ocuparán lo menos posible sin dar precisiones de lo que ocurre a menos que se haya establecido un código. La diferencia con los drones convencionales, es que no son controlados a distancia por nadie. Actúan por su cuenta a base de inteligencia artificial. Son pequeños y silenciosos, cuando se detienen en el aire, lo hacen en fracciones de segundo para evitar francotiradores. Cuentan con reconocimiento facial: si fuera su objetivo, lo reconocería y se estrellaría en su cabeza haciendo detonar unos de 3 gramos de explosivo lo suficiente para destruirle el cráneo.
Rusia en la guerra con Ucrania, perdió varios generales que hablaban por celular. Un dron asesino detectaba el sitio de origen de la llamada y atacaba sin error.
Las guerras del futuro necesitarán robots que puedan decidir eliminar objetivos sin intervención humana, pero estos mini robots no tienen moral y podrían atacar hasta médicos de un hospital. Ese es otro problema a solucionar.
Drones para la guerra. Estos aparatos han crecido rápidamente en los últimos años porque a diferencia de los aviones tripulados, pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo y a unos 10.000 metros. El Zephyr, dron británico alimentado a energía solar, podría volar cerca de 14 días (340hs). También son mucho más baratos que los aviones militares, vuelan de forma remota y al carecer de tripulación no hay peligro para ella. Año tras año, el número de drones disponibles comercialmente, se multiplican rápidamente. Algunos se utilizan como hobby, otros con fines maliciosos y crean una amenaza de seguridad cada vez mayor, debido a su bajo costo y facilitad de manejo. Gobiernos en todo el mundo están preocupados, porque ahora están disponibles como juguetes radio controlados y dominan el mercado.
Medidas anti-drones. Los modernos equipos anti-drones escanean continuamente el espectro y analizan la actividad espectral en busca de señales de amenazas potenciales. Al detectar una transmisión sospechosa, es posible generar por medio del sistema una señal de bloqueo. Actualmente hay una única empresa en el mundo que hackeó todas las frecuencias de radios de esos aparatos comerciales. Cuando se acercan a 2000mts con un equipo especial lo detecta, lo puede hacer aterrizar en el mismo lugar o lo reintegra a quién lo está operando y ya no admite otra orden.
La tecnología anti dron es muy útil para evitar atentados a personajes políticos. Utilizadas por las organizaciones criminales para potenciar y agigantar sus operaciones. La necesidad de contar con estos aparatos obligó a esos grupos a contratar cada vez más pilotos de drones. Ese fenómeno hizo aumentar el interés de personas de ambos sexos para aprender a maniobrar drones a cubierto, pues algunos tienen una autonomía de 20 kilómetros y de esta forma se puede ganar dinero relativamente fácil.
El auge de esa actividad fue en aumento junto con la demanda de remuneraciones considerables para quienes operen esos aparatos, lo cual no es inconveniente alguno para las organizaciones criminales que cuentan con recursos económicos virtualmente inagotables.
Algunos analistas de este fenómeno advierten un posible escenario: el secuestro de ingenieros y/o estudiantes de ingeniería con capacidades para el manejo de drones y/o telecomunicaciones o incluso, contar con instructores especializados propios para ampliar su plantel de gente idónea. Nuevos desafíos para las fuerzas del orden Actualmente los delincuentes pueden adquirir fácilmente estos aparatos de contrabando en especial de Asia, pero de llegar haber un tráfico masivo de ellos la violencia será mayor y la población sufrirá impotente. Las fuerzas policiales y militares que se enfrenten a estas amenazas necesitan: 1. Contar con eficientes servicios de inteligencia. 2. Desarrollar contramedidas para integrarlas en sus marcos legales, doctrinas y capacitación. 3. Detectar futuras innovaciones tecnológicas y tácticas.
A no dudar en pocos años, en Suramérica habrá miles de drones empeñados en la guerra contra las drogas, la inmigración descontrolada y la pesca clandestina en el mar.